Renació como bandera…
Por: María Luisa García Moreno
Ilustración:
Julio Antonio Mella, asesinado por sicarios de Machado, se convirtió en bandera.
¿Te has percatado de que la primera imagen que aparece en el logo de la UJC es la de Julio Antonio Mella? ¿Sabes por qué?
El 10 de enero de 1929, hace 95 años, fue asesinado en México Nicanor Mac Portland y Diez, a quien la historia conoce como Julio Antonio Mella. ¿Tienes idea de por qué fue asesinado un joven de solo 26 años de edad?
Había nacido en La Habana el 25 de marzo de 1903. A los 19 años matriculó Derecho y Filosofía y Letras en La Universidad de La Habana, donde de inmediato se destacó como dirigente estudiantil, deportista y ferviente martiano y marxista. Fue fundador de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en 1922, que encabezó la reforma universitaria y propició el histórico Congreso Nacional de Estudiantes (1923), que condenó el imperialismo, se manifestó contra las dictaduras, saludó la obra educacional de la Revolución Rusa y propició la creación de la Universidad Popular José Martí. A la vez, Mella participó en actividades de la Liga Antimperialista y dirigió importantes publicaciones como las revistas Alma Mater y Juventud, en las que publicó diferentes artículos. Su ensayo “Glosas al pensamiento de José Martí” (1926) significo un viraje en la comprensión del pensamiento martiano.
En 1924 ingresó en la Agrupación Comunista de La Habana y participó en el congreso fundacional del primer Partido Comunista de Cuba (1925). Ya, para esa época, su liderazgo había desbordado el ámbito estudiantil y tenía fuertes conexiones con el movimiento obrero y la intelectualidad.
Tras el arribo al poder de Gerardo Machado Morales, la situación política se enrareció y aumentó la represión; por eso intentaron expulsarlo de la Universidad y fue encarcelado (27 de noviembre de 1925). En respuesta, se declaró en huelga de hambre, acción que conmovió a la opinión pública, cuya presión obligó a Machado a ponerlo en libertad.
En enero de 1926, ante el inminente peligro de ser asesinado por sicarios del régimen, emigró a México, donde se convirtió en cuadro del Partido Comunista de ese país, y se proyectó como líder revolucionario y antimperialista de talla continental. Se desató una campaña de prensa para desprestigiarlo; se intentó extraditarlo, pero el Gobierno de México respetó el derecho de asilo. Entonces, la orden de asesinarlo fue dada.
El 10 de enero, luego de asistir a una reunión del Socorro Rojo, cuando caminaba hacia su casa en compañía de la fotógrafa Tina Modotti, su compañera, dos pistoleros, aprovechando las sombras de la noche, le hicieron dos disparos. Herido de muerte, trató de ponerse a salvo; pero cayó, mientras Tina pedía auxilio y trataba de encontrar un automóvil para trasladarlo a un hospital. Varias personas lo oyeron acusar a Machado. Su última frase fue: “Muero por la Revolución”.
Los médicos no lograron salvar su vida. Su asesinato produjo una fuerte conmoción en todo el continente. Durante varios días se produjeron manifestaciones de protesta frente a las embajadas yanquis en distintos países. Ante el féretro de Mella, cubierto con una bandera roja, desfilaron sus compañeros de lucha, trabajadores y estudiantes mexicanos.
Julio Antonio Mella fue un ejemplo de joven revolucionario; sus virtudes lo convirtieron en semilla, pues como él mismo dijera: “Hasta después de muertos somos útiles porque servimos de bandera”. Por ello devino símbolo y continúa abonando el quehacer de la Revolución Cubana, de la cual fue precursor. Guiado por su ejemplo, el pueblo cubano luchó por el derrocamiento de Machado y, luego, combatió en el Moncada y en la Guerra de Liberación Nacional, que coronó la victoria de enero de 1959.